Casi nadie pondría en duda su identidad. La cantante estadounidense ha vendido más de 150 millones de discos y se ha consolidado merecidamente como una de las estrellas más influyentes y queridas del mundo del espectáculo. En las décadas de 1990 y 2000, revitalizó la cultura pop. Spears se hizo famosa y reconocida gracias a canciones como «Oops!… I Did It Again» y «…Baby One More Time».
Su aspecto característico, sus actuaciones impresionantes y su energía atemporal la convirtieron en una figura destacada de la industria. Sus éxitos siguen sonando en todo el mundo y ocupan posiciones en los principales rankings musicales. Britney también apareció en los programas de televisión «Star Search» y «The Mickey Mouse Club», demostrando así su versatilidad y convirtiéndose en una de las estrellas más exitosas.
Sin embargo, la vida de una de las estrellas más exitosas no ha estado exenta de luchas y desafíos. En 2008, tras una crisis, fue ingresada en un centro de atención. Además, la reciente actualización sobre su estado de salud mental motivó a los fans a iniciar el movimiento #FreeBritney. El momento en que apareció con la cabeza rapada marcó un punto de inflexión en su carrera.
Su éxito temprano y una familia controladora le causaron mucho sufrimiento. De niña, se esperaba que actuara ante miles de personas. Su exigente trabajo y la apretada agenda le pasaron factura. La relación tóxica de Spears con su entrenador personal, entre otros aspectos, ha contribuido a moldear la persona que es hoy. Su apariencia también ha cambiado radicalmente y deja mucho que desear.