🧺 Si lavas tu ropa en una lavandería automática, definitivamente deberías saber esto. Puedes leer los detalles en los comentarios👇
En muchos países, una lavadora es considerada un electrodoméstico esencial, pero en Estados Unidos, no siempre es así.
Aunque no hay restricciones legales que impidan a los estadounidenses tener una, una parte significativa de la población aún elige usar lavanderías automáticas. ¿Pero por qué?
Si alguna vez has visto una película o serie estadounidense, es probable que hayas notado escenas en lavanderías automáticas o en salas de lavandería compartidas en edificios de apartamentos.
Para muchas personas en EE. UU., esta es una forma completamente normal de hacer la colada, aunque tener una lavadora en casa sería más conveniente.
Sorprendentemente, la decisión de no tener una lavadora propia suele ser más una cuestión de practicidad que de dinero.
Muchos inquilinos prefieren usar instalaciones compartidas porque les evita preocuparse por facturas elevadas de electricidad y agua. Además, las lavanderías automáticas ofrecen secadoras, que pueden ser costosas de comprar y operar.
Otro factor importante es la falta de espacio. Muchos apartamentos, especialmente en ciudades densamente pobladas, simplemente no tienen lugar para una lavadora y una secadora.
También existe el riesgo de daños por agua: si ocurre una fuga, los inquilinos pueden ser responsables de los daños, lo que hace que las lavanderías sean una opción más segura.
La flexibilidad también es clave. Como muchos estadounidenses se mudan con frecuencia por trabajo o motivos personales, no tener electrodomésticos grandes facilita el proceso.
Alquilar un apartamento con lavandería integrada es ideal, pero no siempre es posible, por lo que las lavanderías automáticas son la mejor opción.
Sin embargo, en las zonas suburbanas y rurales, donde las casas suelen tener más espacio, las lavanderías son mucho menos comunes, ya que la mayoría de la gente prefiere lavar la ropa en casa.
En definitiva, la decisión de usar lavanderías en EE. UU. en lugar de tener una lavadora propia se debe principalmente a razones prácticas, al estilo de vida y a las circunstancias de vivienda, y no a restricciones legales o económicas.