El legendario actor Alain Delon pasó sus últimos años en una finca apartada en Francia, lejos del brillo y el glamour de Hollywood. Su casa, enclavada en el tranquilo valle de Quanne, ofrecía un refugio pacífico alejado del ojo público.
Delon, quien falleció a los 88 años, había comprado la propiedad en 1971. La mansión, rodeada de una exuberante vegetación, era un santuario donde podía disfrutar de los placeres simples de la vida.
La finca se mantuvo privada, y Delon pasó sus últimos años allí junto a su hijo Alain-Fabien. A pesar de la tranquilidad del entorno, la mansión necesitaba renovaciones, lo que reflejaba los desafíos de mantener una propiedad antigua.
El amor de Delon por los animales se reflejaba en su hogar. Poseía una colección de esculturas de Rembrandt Bugatti, un renombrado escultor de animales. Además, su casa servía como lugar de descanso para 50 de sus queridos perros, cada uno con su propia lápida.
En años anteriores, la propiedad había sido un lugar más dinámico. Delon incluso organizó sesiones de entrenamiento de boxeo para el campeón Jean-Claude Bouttier.
Al reflexionar sobre su vida, Delon expresó su satisfacción por haber vivido según sus propias reglas. Pasó sus últimos años en la tranquila serenidad de su finca, lejos de las distracciones del mundo moderno.
