En respuesta a esta inédita reacción emocional de la jurado y el público, Simon Cowell, conocido por su riguroso respeto a las reglas del programa, tomó una decisión inesperada. Rompiendo con el formato habitual del concurso, activó el Golden Buzzer – un privilegio normalmente reservado para los artistas excepcionales que los jueces directamente envían a las finales en vivo.
Esta decisión subrayó el profundo impacto de la actuación de “The Baby” y mostró que hay momentos tan poderosos y conmovedores que superan las normas convencionales del concurso. La decisión de Cowell fue recibida con aplausos y respaldo del público, que estaba convencido de que la emotiva interpretación del bebé merecía nada menos que un acceso directo a mayor reconocimiento.
Como señaló Cowell después de presionar el Buzzer: “Hoy hemos experimentado algo realmente mágico. No fue solo una actuación; fue un recordatorio poderoso de la pura alegría e inocencia que la música puede encarnar. Momentos como estos son la razón por la que hacemos este show”.
Este episodio quedará, sin duda, como uno de los más emotivos en la historia del programa – no solo por el excepcional talento del concursante más joven, sino también por la unidad y conexión emocional que creó entre todos los presentes. Iluminó los caminos inesperados en los que la música puede tocar la vida y unir a personas de todas las edades y orígenes a través de su lenguaje universal.